Un hombre encuentra un gato a punto de congelarse, ¡pero lo que escondía bajo el vientre es increíble!

Otro jersey, una bufanda más gruesa e incluso un par de viejos guantes de jardinería con la esperanza de que le protegieran. Se sentía voluminoso y rígido, inseguro del resultado de esta batalla. Pero no podía quedarse de brazos cruzados.

Alan salió una vez más, con el frío escociéndole en la cara mientras se dirigía al patio trasero. Esta vez avanzó despacio, con cautela, manteniendo las distancias. El gato seguía allí, con el cuerpo acurrucado en actitud protectora.