El alce se acerca a una mujer y ella decide seguirle

Cerca, otro alce yacía debilitado, rodeado de las herramientas de sus captores. Este sombrío descubrimiento puso de manifiesto la crueldad que Avery temía y marcó un punto de inflexión en su viaje. Avery comprendió por fin las acciones de los alces al ver la difícil situación de las criaturas albinas.

Todos sus instintos le pedían a gritos que diera marcha atrás, pero se obligó a avanzar paso a paso. El suelo bajo sus pies estaba resbaladizo y, justo cuando empezaba a moverse, perdió el equilibrio.