El alce se acerca a una mujer y ella decide seguirle

En medio del caos del campamento, Avery había visto un dardo tranquilizante. Le vino a la memoria un recuerdo crucial: en el diario se mencionaban cortaalambres, pensados para colocar trampas, ahora cruciales para desmantelarlas. Se dirigió hacia el campamento, dispuesta a recoger las herramientas.

Esperaba encontrarlas enterradas en el desorden de la tienda. Enfrentarse a más trampas era desalentador, pero Avery se sentía decidida con los cortaalambres en la mano. Estas herramientas podrían liberar a los animales atrapados, incluido el alce, dándole un nuevo propósito.