Cuando Samantha examinó la red más de cerca, se dio cuenta de su complejidad. No se trataba de un trozo de escombro del bosque, sino de una trampa cuidadosamente diseñada para atrapar e incapacitar. La meticulosidad de su construcción era un escalofriante testimonio de lo lejos que llegarían algunos para capturar a estas majestuosas criaturas.
La complejidad y la fuerza de la trampa que tenía delante eran inconfundibles, diseñada para resistir la lucha de los habitantes más formidables del bosque. La presencia de púas afiladas y de un avanzado sistema de alarma era un claro indicio de que se enfrentaban a individuos que habían convertido la captura de estas majestuosas criaturas en una siniestra forma de arte.