La maleza dio paso a un pequeño claro, y fue aquí donde el corazón de Samantha se hundió. Ante ella, atrapado en una red, estaba el cachorro, con los ojos muy abiertos por el miedo y la confusión. La visión de tanta inocencia atrapada en una situación tan cruel golpeó profundamente a Samantha, el suave gemido del cachorro se hizo eco del dolor en su propio corazón.
La escena con la que se toparon decía mucho del calvario sufrido por la fauna salvaje a manos del viajero y sus secuaces. Un oso yacía atrapado, con la energía mermada, rodeado de las herramientas del oficio de sus captores. La visión de la criatura luchando contra el telón de fondo de las toscas jaulas y utensilios, puso al descubierto la desgarradora realidad de sus intenciones.