Con el corazón acelerado por las amenazas potenciales, Samantha recordó haber visto antes un cuchillo entre las pertenencias. Cogerlo podría ofrecerle una apariencia de protección o, al menos, una ventaja psicológica en el drama que se estaba desarrollando.
Volviendo a la tienda con un sentimiento de urgencia, Samantha rebuscó entre las pertenencias dejadas atrás con una concentración agudizada por el hecho de saberse observada. El frío y duro agarre del cortaalambres en su mano era un pequeño consuelo, una herramienta que sentía como un salvavidas en la desalentadora tarea que tenía por delante.