Una mujer sigue a un oso hasta el bosque después de que se le acercara inesperadamente en la parada del autobús

Cuando se tranquilizó, oyó voces apagadas que le indicaban que había dos o tres personas cerca. La inquietante conversación le produjo escalofríos y le dejó claro que estaban observando todos sus movimientos.

Hazel se agachó y se asomó a la tienda, consciente de que la vigilaban de cerca. El corazón de Hazel se aceleró mientras se escondía entre la maleza, con las sombras bailando a su alrededor. El bosque parecía amplificar cada sonido, dejándola sin aliento y tensa.