El sonido rítmico de los motores del autobús a lo lejos llamó su atención. Se levantó y recogió sus cosas, preparada para la siguiente parte del día. No esperaba mucho más; al fin y al cabo, no era más que otro viaje a la estación de autobuses, un día más. El mundo parecía inmutable.
Y entonces, sucedió. Un susurro repentino en los árboles cercanos llamó su atención. Evelyn levantó la vista, esperando ver un perro o un animal pequeño entre la maleza. Pero lo que vio la dejó helada. A través de los árboles, emergiendo de la linde del bosque, había dos enormes osos.