Los días se alargaban mientras esperaba. Empezó a repetir cada año de matrimonio, buscando grietas. Los amigos de Claire, sus colegas, el vecino que una vez les arregló el fregadero, cualquiera de ellos podía ser sospechoso en su mente. La certeza que una vez tuvo se disolvió, dejando sólo preguntas que le sabían amargas en la boca.
Cuando llegó el paquete, Daniel lo escondió en el garaje, detrás de las cajas de herramientas, como si fuera contrabando. Aquella tarde, mientras Claire bañaba a Leo y Ethan practicaba ortografía, convirtió la prueba en un concurso de tonterías. «¿Quién aguanta más tiempo con el bastoncillo en la mejilla?»