Un agricultor harto de aparcar ilegalmente en sus tierras: su venganza fue épica

No tenían hijos, ni distracciones modernas, ni deseos de abandonar la tierra en la que habían construido su vida. El pueblo también había respetado siempre esa distancia: la granja de Eli estaba lo suficientemente alejada de la carretera como para sentirse aislada, y la mayoría de la gente se olvidaba de que estaba allí.

Pero todo cambió cuando el SilverMart abrió al lado. Empezó con los folletos. De color naranja chillón, metidos en los buzones y pegados en los tablones de los supermercados. «GRAN INAUGURACIÓN – ¡SUPERMERCADO SILVERMART!» Eli no le dio mucha importancia.