La historia no terminó ahí. La noticia de la difícil situación de la elefanta y del éxito de la redada se difundió rápidamente y captó la atención del público. Medios de comunicación de todo el mundo compartieron las fotografías de Paul, cada una de ellas un conmovedor recordatorio de los retos a los que se enfrenta la vida salvaje. Las imágenes despertaron indignación y empatía a partes iguales.
Los titulares suscitaron un debate mundial sobre la caza furtiva y la urgente necesidad de intensificar los esfuerzos de conservación. Las donaciones llegaron a raudales y los grupos de defensa utilizaron el trabajo de Paul como grito de guerra. La supervivencia de la elefanta se convirtió en un símbolo de esperanza, demostrando que incluso los pequeños actos de compasión pueden desencadenar transformaciones profundas.