Un águila arrebata un cachorro del patio – Los vecinos descubren una imagen inquietante

Los vecinos abrieron sus puertas. Algunos salieron a los porches. Todos miraban al cielo. Lisa protegió los suyos con una mano temblorosa. Y entonces lo vio: un águila enorme sobrevolando los tejados, con las alas desplegadas, proyectando sombras que ondulaban por patios y jardines.

Ocurrió rápido, más rápido de lo que su cerebro podía procesar. El águila voló en círculos una vez y luego se dejó caer. Sus garras se extendieron, cortando el aire. Lisa se levantó de la silla, con la boca abierta, pero no emitió ningún sonido a tiempo. Coco, a medio rebotar en la hierba, desapareció en un borrón de alas y pelaje.