Una perra cría 3 cachorros de tigre – Años después, el cuidador del zoo rompe a llorar cuando el tigre hace lo inesperado

Daisy era el telón de fondo de los tigres rugiendo, los loros graznando y los visitantes con cámaras. Sin embargo, Zachary se fijaba más en ella que en las exposiciones. Tenía una forma de inclinar la cabeza hacia él, como si sopesara su alma. Aquella mirada le inquietaba. Era una combinación de consuelo y desafío.

Empezó a confiar en ella. Ridículo, lo sabía. Pero cuando las noches apremiaban, el papeleo se acumulaba y los jefes se quejaban, Daisy le escuchaba. Le hablaba de su soledad y de los años que había pasado enjaulado en la rutina. A veces incluso le daba un codazo en la pierna, como si validara sus sentimientos y le ofreciera consuelo.