Una perra cría 3 cachorros de tigre – Años después, el cuidador del zoo rompe a llorar cuando el tigre hace lo inesperado

Zachary la llamó Daisy. Un nombre sencillo, acorde con su naturaleza dulce y tranquila. Daisy aprendió su ritmo, sus pautas y la tranquila paciencia con la que trabajaba. Nunca ladraba ni se inmutaba ante los animales más grandes. Observaba con sus ojos serios. A veces, él juraba que ella entendía más de lo que la gente creía de los animales.

Otros cuidadores se burlaban de él. «¿Te has buscado un compinche?», se reían. Zachary se encogía de hombros, fingiendo indiferencia. Por dentro, apreciaba la compañía. Daisy era la compañera perfecta. Simplemente le seguía, leal de una forma que él no podía describir. Después de cerrar, a veces se quedaba sólo por su compañía.