Zachary pensaba que lo había visto todo en sus años en el zoo, pero un capítulo lo cambió todo. Empezó con Daisy, una perra muy dulce. Lo que ocurrió a su alrededor suscitó murmullos, dividió al personal y pronto convirtió al zoo en la única noticia que la gente quería comentar.
Las multitudes crecían, los periodistas circulaban y en las salas de descanso se debatía sobre la seguridad, el instinto y la delgada línea que separa el amor del peligro. Zachary vivía en el centro de todo, y cada decisión tenía sus consecuencias. Algunos saludaron la historia como un milagro, mientras que otros temían una tragedia inminente.
Años más tarde, cuando llegó el momento final, todo el recinto se sumió en un silencio tan pesado que parecía antinatural. Los espectadores dejaron de respirar y los cuidadores se prepararon para la catástrofe. Algo ocurrió entonces, algo que nadie podía explicar del todo..