Un perro cría a 3 cachorros de león y, años después, el cuidador del zoo rompe a llorar cuando el león hace lo inesperado

Bella le seguía a una distancia respetuosa en sus rondas, zigzagueando silenciosamente entre las sombras de la pajarera, el reptilario y el largo pasillo que discurría tras las guaridas de los leones. El personal se dio cuenta. «Te has buscado un amiguito», se burló uno de los cuidadores. Otra negó con la cabeza: «Conoces las normas, Ethan. Los perros callejeros no deben estar aquí»

Ethan fingió que no le importaba, pero se encontró guardando restos de su almuerzo, doblando una manta vieja en un rincón de la sala de descanso y dejando un cuenco de acero inoxidable lleno de agua. Bella aceptaba todas las atenciones sin rechistar, como si llevara toda la vida esperando un lugar al que pertenecer. No era como los demás perros callejeros.