Un perro cría a 3 cachorros de león y, años después, el cuidador del zoo rompe a llorar cuando el león hace lo inesperado

Durante un largo momento, ninguno de los dos se movió. El perro no se echó atrás, no gruñó. Sólo se quedó mirando, como esperando a que él decidiera qué clase de hombre era. Lentamente, Ethan se agachó hasta que le crujieron las rodillas, metió la mano en el bolsillo y depositó medio bocadillo en el suelo. El perro olfateó el aire, avanzó con cuidado paso a paso y cogió la comida con sorprendente delicadeza.

Aquel pequeño gesto, la confianza de un perro callejero ofrecida tan fácilmente, se alojó en el pecho de Ethan. A la mañana siguiente volvió. Y a la mañana siguiente. Ethan empezó a llamarla Bella, un nombre pronunciado en voz baja al principio, casi como si temiera darle importancia.