Un perro cría a 3 cachorros de león y, años después, el cuidador del zoo rompe a llorar cuando el león hace lo inesperado

Ethan se maravilló de su audacia, pero sintió que se le hacía un nudo en las tripas. El personal se inquietó. «Es sólo cuestión de tiempo», murmuró un cuidador. «Son leones, no gatos domésticos» Otro añadió: «¿Qué pasará cuando sean lo bastante fuertes para olvidar que ella no es una presa?» Sus voces recorrían salas de descanso y pasillos, sembrando cada vez más dudas en el pecho de Ethan.

Marla lo acorraló una tarde después de las rondas. «Nunca he visto nada igual», admitió, con ojos cansados pero sinceros. «Pero no puedes ignorar lo que se avecina. Serás el único responsable si sale mal» Ethan no discutió, porque ¿qué había que decir? Confiaba en Bella, confiaba en el vínculo que ella había creado. Pero la confianza no era una armadura. Un error, un golpe, y todo podía derrumbarse.