Un perro cría a 3 cachorros de león y, años después, el cuidador del zoo rompe a llorar cuando el león hace lo inesperado

Ethan se movió con ellos, con las manos firmes pero el corazón martilleándole. Los minutos se alargaban, cada uno más pesado que el anterior. Pero la línea del monitor decía la verdad. Sin respuesta. Sin respuesta. La leona que había luchado por traer vida al mundo se había ido, dejando atrás a tres cachorros que no tenían madre.

Se hizo un silencio pesado como la piedra. Todos conocían las probabilidades. Los cachorros de león sin madre rara vez vivían mucho tiempo. La fórmula podía mantenerlos con vida, pero el calor, el aseo, el consuelo -las lecciones intangibles que sólo una madre podía dar- no podían ser reproducidas por máquinas ni por manos humanas. Siguieron las reuniones. Al director le preocupaban los titulares y las demandas.