Perro llorón se niega a dejar su manta. Una mujer llama inmediatamente al 911 cuando ve lo que está protegiendo

Su lado lógico lo descartó: sólo era un vagabundo que se las apañaba con la basura. Pero otro pensamiento la atormentaba. ¿Por qué un perro se aferraría tanto a la tela, arrastrándola bajo su pecho como si fuera un tesoro? Sacudió la cabeza, dobló la esquina y siguió conduciendo.

En el trabajo, los números y los correos electrónicos llenaron su pantalla, pero la concentración resultó resbaladiza. Su mente volvía inexplicablemente, una y otra vez, a la figura desgarrada en la cuneta. Los pliegues de la manta parecían demasiado ordenados, demasiado deliberados. Parecía obra de manos humanas.