Tras describir sus circunstancias lo mejor que pudo y apelar a la simpatía de la joven enfermera, ésta cedió y le permitió quedarse. Era una violación del protocolo, pero no podía rechazarlo después de escuchar su terrible experiencia. Pradeep se sintió profundamente agradecido y juró recordar para siempre el gesto compasivo de la enfermera.
Se sentó en la silla y observó a su mujer. Parecía tranquila, algo que no había visto en mucho tiempo. Realmente necesitaba dormir tranquila después de los incesantes cuidados a sus gemelos desde su nacimiento. Esperaba que se despertara renovada y recuperada en unas horas.