La primera hora de la operación de Lily fue insoportable para Pradeep. Con los gemelos inconsolables, le resultaba difícil concentrarse en ellos, ya que su mente estaba preocupada por su mujer. Afortunadamente, su madre pudo acudir al hospital, porque vaya si la necesitaba.
Casi parecía como si los gemelos tuvieran un sentido intuitivo del peligro que corría su madre y sintieran profundamente su ausencia. A pesar de los intentos de Pradeep, eran inmanejables. Rechazaban de plano el biberón, y ni siquiera el intento de Pradeep de ponerles caras raras y juguetonas conseguía calmarlos.