Un padre repudia a su hijo recién nacido y acusa a su mujer de ser infiel

A veces, cuando lo miraba así, se preguntaba si eso era todo lo que hacía falta para arreglar lo que se había roto entre ellos. Un latido dentro de ella, la prueba de que aún tenían futuro. El embarazo no fue fácil. Las náuseas matutinas se convirtieron en agotamiento durante todo el día, sus tobillos se hincharon, sus estados de ánimo oscilaron como puertas en una tormenta.

Pero James era paciente. Le preparaba té, le frotaba los hombros, le recogía el pelo cuando estaba enferma. Incluso acudía a todas las citas, incluso cuando la llamaba el trabajo. Por primera vez en años, Emily se permitió creer que todo iría bien. Las contracciones empezaron una tarde lluviosa de marzo.