Esta caja era la nevera, en la que guardaban la mayor parte de los alimentos que se estropeaban con facilidad, como la carne. Sin embargo, la carne de esta caja se había echado a perder y había empezado a oler fatal, así que la habían dejado fuera del camión. Aún no sabían cómo había encontrado la serpiente la nevera, ya que pensaban que la habían guardado a buen recaudo.
La serpiente debió de percibir el olor de la carne y pensó que era una presa, tragándosela entera. Pero, por desgracia, no tardó en conocer las consecuencias de un error que podía resultar fatal para la serpiente.