Cuando Elise trató de preguntar por las visitas de seguimiento, la madre le hizo un gesto con la mano. «Me aseguraré de que descanse», dijo. «El padre sabe que el bebé está aquí y vendrá más tarde» Olivia levantó los ojos al oír aquello, un rápido e involuntario respingo que a Elise no se le escapó.
«¿Y la manutención?» Elise preguntó suavemente. «¿Tendrá ayuda?» La sonrisa de la madre se tensó aún más. «Tenemos una casa muy privada, enfermera. Nos las arreglaremos» Recogió la manta del bebé como si quisiera proteger al niño y al secreto del mundo.