Elise ladeó la cabeza. «¿Planes?» Olivia esbozó una pequeña sonrisa insegura. «Le gusta el orden y el método: horarios de alimentación, cambios de pañales, etcétera. Cree que la vida funciona mejor cuando se planifica» Apartó la mirada y se quitó una pelusa invisible de la manga; su tono era plano como una línea recitada.
Elise reconoció el patrón: control envuelto en afecto, límites disfrazados de cuidado. Le sugirió que le aconsejara, con suavidad, sin juzgarla. Olivia se limitó a sonreír, con una curva de labios triste y cómplice. «No lo entendería», murmuró.