Una niña de 19 años da a luz: cuando el médico le pregunta quién es el padre, rompe a llorar

En las semanas siguientes, Olivia empezó a pasarse por el hospital con más frecuencia, primero para revisiones y luego para hacer pequeñas preguntas que podrían haberse respondido fácilmente por teléfono. A Elise no le importaba. Las visitas de la joven madre rompían la monotonía de sus turnos y suavizaban los bordes afilados de la sala.

Empezaron a hablar en los momentos de calma entre una cita y otra. Hablaban de noches en vela y del dolor de querer a algo tan pequeño e indefenso. Olivia hablaba con una perspicacia sorprendente para tener diecinueve años, pero su voz siempre llevaba un rastro de culpabilidad, como si no mereciera al bebé que adoraba.