Una niña de 19 años da a luz: cuando el médico le pregunta quién es el padre, rompe a llorar

Aquella tarde, Daniel apareció sin avisar. Elise lo vio entrar en la habitación desde la sala de enfermeras. La postura de Olivia cambió de inmediato: los hombros erguidos y la sonrisa fija. La pantalla de su teléfono se encendió una vez y borró algo antes de que él se diera cuenta. Luego lo puso boca abajo. Elise captó el gesto sutil pero inconfundible.

Cuando Daniel por fin se marchó, la risa de Olivia lo siguió por el pasillo. Era escasa, forzada y terminaba demasiado pronto. Elise se apoyó en el mostrador, con el cansancio hundiéndose como la gravedad. No sabía si estaba imaginando el peligro o presenciándolo a cámara lenta.