Una azafata ve a su difunto marido durante un crucero: lo que descubre lo cambia todo

Volver al trabajo había sido una decisión difícil, pero se había dicho a sí misma que ya era hora. Hora de avanzar. Hora de dejar de esconderse de la vida. Podía hacerlo. Y por un tiempo, parecía que podía.

Cumplió con sus obligaciones a la perfección: sirvió bebidas, sonrió a los clientes y atendió las peticiones como una experta. La tripulación la acogió calurosamente y empezó a creer que lo estaba haciendo bien. Hasta que empezó a verle.