La Guardia Costera levanta un contenedor del fondo del océano y echa un vistazo al interior

Cuando llegaron al origen de la perturbación, la tripulación estaba en pleno ritmo operativo. Katherine conectó ella misma la cámara de inspección a su dron submarino. Había aprendido a no delegar las cosas más importantes. Con manos expertas, calibró la señal e inició el descenso.

Su tripulación tomó posiciones en las grúas de carga pesada y los pontones de remolque. El agua seguía siendo inusualmente clara, casi espeluznante. El dron se deslizó bajo la superficie como un fantasma y Katherine se situó en el salpicadero. A través de la imagen en directo, observó rocas cubiertas de coral, escombros dispersos y, a continuación, algo inconfundiblemente extraño.