Aunque Katherine y sus colegas estaban ansiosos por ayudar al hombre de la grabación, también estaban ansiosos por acercarse. La grabación sonaba muy amenazadora y no deseaban meterse en algo que no pudieran manejar bien.
Katherine se aseguró de que, cuando llegaran los guardacostas con la policía, estuvieran fuera del campo visual del carguero. Una vez que los agentes estuvieron a bordo, les mostró rápidamente el dispositivo de grabación y les explicó la situación. Se sintió aliviada de que la policía la creyera y respaldara su urgencia por investigar el asunto.