La Guardia Costera levanta un contenedor del fondo del océano y echa un vistazo al interior

Este extraño comportamiento confundió mucho a Katherine y levantó algunas banderas rojas. Lo comentó con sus colegas, que coincidieron en que algo iba mal en el barco. Katherine revisó los informes que iban llegando y no tardó en llegar uno que afirmaba haberlo visto en el agua esta mañana.

Katherine se aseguró de que todos a bordo deseaban asumir la misión y, con el beneplácito de su tripulación, dirigió la nave hacia las coordenadas. Una vez a 20 kilómetros del barco, desplegó las anclas y pidió refuerzos a otros guardacostas y a la policía.