Una mujer cría a un gatito perdido y descubre horrorizada su verdadera naturaleza..

Las sirenas ululaban débilmente por encima de ella. Las luces rojas parpadeaban entre los árboles. El teléfono de Elise zumbó débilmente, casi sin batería. Una voz le dijo: «Comparte tu ubicación, ahora» Mintió, susurrando que lo haría, pero apagó la pantalla. No podía dejar que los rifles decidieran el destino de Sombra. Tenía que llegar a ellos antes que los demás.

La lluvia rugió más fuerte cuando Elise se acercó. «Theo», susurró, con las manos temblorosas. El niño gimió, aferrándose a su bufanda. Sombra se movió, con los músculos enroscados como alambres. Cualquier movimiento en falso podría romperlo todo. Elise levantó las palmas lentamente, con voz temblorosa: «Tranquilo, Sombra. Tranquilo» Detrás de ella, las botas se acercaban, los rifles tintineaban en su sitio.