Un adolescente se enfrenta a la expulsión por tercera vez, ¡y es entonces cuando su madre descubre quién es el nuevo director!

Finalmente, sonó la voz de la secretaria. «¿Señora Greene? ¿Diane? Ya puede pasar» Carol se levantó demasiado deprisa y las patas de la silla rozaron el suelo. Diane resopló suavemente ante la torpeza de su madre, pero Carol apenas se dio cuenta. El pasillo se extendía ante ella, interminable, y cada paso resonaba como los pasos de su juventud.

El despacho era más fresco que el pasillo. Las paredes estaban repletas de estanterías y en el centro había un escritorio ordenado. Una sola fotografía miraba hacia el interior, oculta. Los ojos de Carol se dirigieron hacia ella, pero antes de que pudiera estudiarla, la puerta se cerró tras ellos con un chasquido suave y decidido.