Un adolescente se enfrenta a la expulsión por tercera vez, ¡y es entonces cuando su madre descubre quién es el nuevo director!

Dentro del colegio, los pasillos bullían de murmullos. Los profesores intercambiaban miradas cuando Carol pasaba y su hija la seguía con aire desafiante. Al final del pasillo, la secretaria señaló una puerta cerrada. «El director la recibirá ahora» A Carol se le aceleró el pulso. El pasado esperaba dentro.

La sonrisa de la secretaria era educada pero ensayada. «Por favor, espere aquí», dijo, señalando dos sillas fuera del despacho. Diane se sentó en una, balanceando las piernas y golpeando la pared con el tacón. Carol se sentó rígidamente a su lado, con cada tictac del reloj sonando como un tamborileo de advertencia.