Suegros presumidos intentan sabotear su boda y ocurre lo impensable

«Sí», respondió Mia con calma. «Ahora superviso todas las asociaciones externas» Señaló los documentos que tenían delante. «Empecemos» La sala parecía cargada, una colisión de dos mundos: uno basado en el poder heredado, el otro en la autoridad ganada. Por primera vez, Eleanor parecía insegura.

Mia presentó sus conclusiones con serenidad. Las finanzas del Grupo Whitmore eran tensas y sus proyecciones demasiado optimistas. «Su propuesta carece de sostenibilidad», dijo con suavidad. Mia sintió cierto placer al ver que Eleanor palidecía visiblemente.