Un hombre se somete a un chequeo rutinario: el médico mira la radiografía y susurra: «Lo siento»

Observó cómo algunas plantas se entrelazaban, apoyándose unas a otras, recordando el vínculo que compartía con su gemela silenciosa. Incluso las plagas y las malas hierbas que amenazaban sus cultivos resonaban en él, simbolizando los desafíos que intentaban trastornar su vida, sólo para que él los superara.

Sus campos se convirtieron en su santuario, un testamento viviente de su viaje, que le recordaba constantemente la fuerza que nunca supo que poseía. Las lecciones que Rohan extrajo de su tierra fueron numerosas, y cada una de ellas reafirmó su creencia en la resistencia, la aceptación y el insondable misterio de la vida.