Un empleado de hotel decide salir a tomar un descanso, pero no se dio cuenta de que había un oso al acecho

La madre osa rugió, un sonido ensordecedor que sacudió a Mike hasta la médula. Dos cazadores furtivos se apresuraron a coger sus armas, pero los agentes actuaron con rapidez y los redujeron. El hombre que había fingido estar herido intentó huir, pero fue alcanzado antes de que pudiera desaparecer entre las sombras.

Al cabo de unos instantes, el campamento estaba rodeado. Las autoridades esposaron a los captores y confiscaron pistolas y cuchillos. El cachorro enjaulado gimoteaba, apretando la nariz contra los barrotes. Mike se acercó corriendo, sin hacer caso de sus muñecas atadas, desesperado por consolar a la asustada criaturita. Un agente le ayudó a abrir el cerrojo de la jaula.