De repente, unos gritos lejanos resonaron entre los árboles. El anillo de las linternas atravesó la maleza. Surgieron varias figuras: guardabosques uniformados y agentes locales. Sus voces atravesaron la noche y ordenaron a los furtivos que se retiraran. Todo el campamento se sumió en el caos.
El cazador furtivo con el cuchillo agarró a Mike por el cuello, intentando utilizarlo como escudo. Nicole lanzó un grito. Un guardabosques apuntó con su arma, exigiendo que soltaran el cuchillo. Otro agente los flanqueó con un haz de luz brillante que los congeló a todos.