Después de repetidas advertencias, ya había tenido suficiente: ¡mira cómo el karma detuvo a este chico revoltoso!

«No pido silencio, sólo un poco de espacio para que no salpique a la gente ni tire arena sobre sus cosas. Hay sitio de sobra» La sonrisa de la mujer se convirtió en algo quebradizo. Dio un golpecito en el trackpad, como para recalcar algo.

«No necesito consejos sobre cómo cuidar a mi hijo, muchas gracias» Se hizo un pequeño silencio. El hombre mayor que se había dado cuenta antes hizo un leve movimiento de cabeza, una simpatía que no llegó a intervenir.