Una mujer se encuentra con un oso durante sus vacaciones: lo que ocurrió a continuación te romperá el corazón

Pasaron los minutos. El frío se colaba por sus vaqueros. Se imaginó a la cría despertando de hambre y dolor sin más consuelo que un cielo gris. ¿Y si la madre hubiera buscado toda la noche, se hubiera puesto frenética y se hubiera adentrado hacia peligros desconocidos? La idea le hizo sentir una culpa aguda como una cáscara rota.

Recorrió pequeñas e inquietas lazadas, con los ojos barriendo las dunas. Las huellas -las suyas de ayer- ya estaban emborronadas por la arena movediza, borrando la prueba del camino que había unido a humano y oso. La marea subía y se acercaba a la caja. Tessa la arrastró un metro más, con el corazón latiéndole con fuerza por cada gemido ahogado en su interior.