Su padre dijo que el granero estaba prohibido, pero lo que encontró dentro tras la herencia lo cambió todo

Pero a Claire no le importaba nada de eso, todavía no. Abrió el sobre. Dentro había una carta manuscrita en papel grueso y amarillento. La letra de su padre, firme e inclinada: «Pastelito, si estás leyendo esto, es que no te has rendido»

«Nunca lo hiciste, ni siquiera de niña: seguiste cavando hasta que tus manos estaban en carne viva y tu corazón estaba seguro. Siempre me gustó eso de ti. No te dejé el granero porque pensara que no valía nada. Te lo dejé porque era nuestro. Porque sabía que verías más allá del polvo y la decadencia. Porque sabía que lo recordarías»