Un hombre hereda una finca: ¡lo que encuentra enterrado en el jardín trasero le deja atónito!

Clavó la hoja en el suelo. La tierra cedió de mala gana, los terrones se rompieron y los gusanos se retorcieron a la luz. El sudor se acumulaba rápidamente a pesar del frío. Cada golpe de la pala resonaba con expectación. Su corazón latía con más fuerza. Estaba seguro de que ése era el lugar que Henry quería que encontrara.

Los minutos se convirtieron en horas. El agujero se hizo más profundo y la tierra se amontonó a su alrededor. Las raíces le impedían avanzar. Le dolían los brazos y respiraba agitadamente. Pero no apareció nada: ni caja ni pista, sólo tierra negra y piedras obstinadas. Su entusiasmo se convirtió en frustración. ¿Había entendido mal la clave?