La niñera oye ruidos en el piso de arriba, así que el padre comprueba la cámara oculta y capta una pesadilla en su cocina

Sabrina le tocó suavemente la mejilla. «No has estropeado nada. Yo sólo… debería haberlo manejado de otra manera» Mark se acercó, aún agitado pero más tranquilo. «Lo resolveremos. Todos nosotros. Pero no más secretos» Kayla se apartó, con el corazón latiéndole con fuerza.

El miedo que había sentido durante días se convirtió poco a poco en algo más suave: tristeza, alivio, empatía. Todos los ruidos extraños, los objetos desaparecidos, la tensión… por fin tenían sentido. Antes de marcharse, Mark se volvió hacia ella con auténtica gratitud. «Gracias», le dijo. «Por prestar atención. Por mantener a Tommy a salvo» Kayla asintió. «Me alegro de que todo el mundo esté bien»