«Kayla, escúchame. Coge a Tommy. Camina afuera. Ahora mismo. No corras. No vayas arriba. No digas nada en voz alta. Sólo vete» Se le cortó la respiración. «Mark, ¿qué está pasando?» «Te lo explicaré cuando llegue», dijo él, con voz temblorosa. «Pero tienes que salir de casa. En silencio. Ahora mismo»
La línea hizo clic. Las manos de Kayla temblaron violentamente mientras cogía a Tommy en brazos. Forzó una sonrisa para él aunque sentía que el corazón le atravesaba las costillas. «Eh, colega», susurró, «vamos a salir un momento, ¿vale?» Tommy asintió somnoliento, sin darse cuenta del terror que apretaba el pecho de Kayla.