Imagínate que pudiera hablar Probablemente diría algo como: «¡Mamá, te has comido el último brote de bambú! Tenemos que hablar de tus hábitos de merienda» Y su madre le diría: «Venga, colega, no te dejes embaucar por el hambre Vamos a abrazarnos»
Todos pensamos: «Espera, ¿qué? El ternero le pidió prestada la cola a un perro?» ¿Y adivina qué? Después de un rato, nos damos cuenta de que hay un gato furtivo justo detrás del ternero. Esto es divertidísimo, cuesta creerlo a primera vista.