De vuelta a casa, Natalie y Adam se unieron a Riley y se convirtieron en firmes defensores contra las adopciones internacionales ilegales. Compartieron ampliamente su historia, concienciando sobre el lado oscuro de las adopciones internacionales y trabajando sin descanso para hacer justicia a otras familias afectadas.
La pareja se dedicó incansablemente a abogar por la justicia, arrojando luz sobre la difícil situación de las familias destrozadas por las adopciones ilegales. No cejaron en su empeño de sensibilizar a la opinión pública sobre este problema y de apoyar los esfuerzos por reunir de nuevo a las familias. El legado de Eva perduró a través de sus esfuerzos, un testimonio del poder perdurable del amor y la resistencia frente a la adversidad.