Un hombre entierra su coche en una cámara acorazada – 50 años después, los residentes encuentran mucho más que un Chevrolet

Justo cuando los residentes pensaban que lo habían visto todo, la historia dio un giro aún más extraño. Preocupado por la posibilidad de que alguien intentara robarle su récord mundial, Davisson amplió en secreto el proyecto en 1983, construyendo un segundo nivel en forma de pirámide sobre la cámara original. En su interior se escondía otro coche: un Toyota Corolla. Esta cámara superior ya se había abierto en silencio durante los preparativos previos, pero la revelación añadió un nuevo capítulo al ya extraordinario descubrimiento de la ciudad.

Ahora Seward se enfrenta a un problema inusual: ¿qué hacer con un Chevrolet Vega de 1975 prácticamente nuevo, quizá el único superviviente de su clase con casi cero kilómetros? No se sabe si volverá a funcionar, pero como máquina del tiempo ya ha superado todas las expectativas. Cincuenta años después, Harold Davisson ha sido reivindicado. No sólo preservó máquinas, sino también recuerdos, venciendo al óxido, al tiempo e incluso a los críticos que dudaban de él.