Cuando los cambios cotidianos apuntan hacia la demencia
Todo el mundo olvida de vez en cuando una palabra o entra en una habitación sin recordar por qué. Los neurólogos nos recuerdan que esto es perfectamente normal. Pero, ¿qué ocurre si alguien empieza a repetir la misma historia sin darse cuenta, pierde el hilo de sus pensamientos con más frecuencia o empieza a tener dificultades para expresarse? Estos son los tipos de cambios que pueden indicar las primeras etapas de la demencia, cambios que a menudo son percibidos por personas que ven a la persona sólo ocasionalmente en lugar de a diario.
Alrededor de 55 millones de personas en el mundo viven con demencia, y una de cada cinco se enfrentará a ella en algún momento de su vida. Por lo tanto, estar alerta a los cambios significativos no sólo es comprensible, sino importante. Lo que más importa es si alguien se comporta de forma diferente a como solía hacerlo, no si coincide con un estereotipo de olvido.
¿Qué es el envejecimiento normal y qué no lo es?
Perder una palabra de vez en cuando le ocurre a todo el mundo. Pero cuando alguien que siempre era organizado de repente depende de listas interminables, o cuando una persona que solía mantener conversaciones con facilidad ahora tiene dificultades para seguirlas, estos cambios pueden apuntar a algo más. El indicador clave es un cambio que no coincide con la personalidad o los hábitos de siempre.