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Un puente inacabado, un pueblo conectado
En la región rusa de Trans-Baikal, el puente Kuandinsky se extiende 570 metros sobre el río Vitim. Con apenas más de dos metros de ancho y desprovisto de cualquier elemento de seguridad, este puente es una auténtica prueba de valor. Su estructura, debilitada por el deterioro y cubierta de hielo la mayor parte del año, supone una amenaza constante de desastre para quienes se atreven a cruzarlo.
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Aunque en un principio iba a formar parte de la línea principal de ferrocarril Baikal-Amur, el puente nunca llegó a completarse. Sin embargo, se convirtió en esencial para los habitantes de Kuanda, un pueblo cercano, ya que servía de conexión crucial pero peligrosa. A pesar de carecer de estatus oficial como puente vehicular y de no recibir mantenimiento, la comunidad lo ha mantenido transitable a base de tesón y reparaciones improvisadas.
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